Dulce Chacón nació en Zafra (Badajoz) en 1954 y falleció en Brunete (Madrid) en 2003. En su casa le inculcaron el amor por las letras. Comenzó a escribir poesía cuando era una niña, pero no llegó a publicar su primer poemario hasta 1992. Más tarde, dio el salto a la novela y al teatro. Sus libros delatan sus inquietudes, sus luchas y sus intereses en esa prosa poética, bella y emocionante, casi de orfebre, como la describiría Rosa Regás. La suya fue una literatura comprometida en la que se revelaba contra lo que consideraba injusto. El tema central de su obra es la represión franquista y, de manera especial, la situación de las mujeres.

Gran lectora, volvía una y otra vez sobre libros ya leídos y entre sus autores de referencia estaban César Vallejo, Pau Celan, Rainer Maria Rilke, José Ángel Valente, Félix Grande, Julio Llamazares, Luis Landero o José Saramago. Con este último leyó el manifiesto que cerraba la manifestación contra la guerra de Irak en marzo de 2003. Ese mismo año viajó a Bagdad con la Plataforma Mujeres contra la Guerra. Su compromiso iba más allá de sus escritos. También formaba parte de la Plataforma de Mujeres contra la Violencia de Género y del Colectivo Hermanos, Amigos y Compañeros de José Couso, el cámara asesinado en Bagdad.

El amor por su tierra, Extremadura y, en especial, por Zafra, estuvo muy presente en su vida y obra. En 2004, un grupo de amigos y conocidos de Dulce propusieron al Ayuntamiento de Zafra la creación de un Premio literario que recogiera los valores humanos con los que Dulce vivió y defendió: dignidad, justicia y solidaridad. Y ese mismo año nace el Premio Dulce Chacón de Narrativa Española. En 2005 fue nombrada “Hija predilecta de Zafra”.