Se trata de otro pequeño núcleo campesino, situado junto a la orilla izquierda del río Ortigas, entre Medellín y Don Benito, en el límite de las fértiles tierras de las Vegas Altas del Guadiana.
Hasta 1.737 en que obtuvo su autonomía como Villa exenta perteneció con categoría de aldea al Condado de Medellín. Según refiere Ortiz de Thovar, antiguamente era conocida en el entorno como la villa de los ajos, por la abundante producción de ellos en sus huertas, apelativo que aún se recuerda en el partido judicial.