La característica que mejor define el territorio, es heterogeneidad geográfica, bajo el signo de un medio natural bien conservado y una fascinante grandiosidad paisajística. Ocupando rincones de singular belleza, aparecen represas que ponen un grato acento de frescura en entornos tradicionalmente secos, junto con verdaderos paraísos, además para la caza y pesca. El territorio resulta riquísimo en antecedentes y vestigios de todas las épocas. Dólmenes y otros restos prehistóricos; ruinas romanas, visigodas, templarias y árabes... De entre los rasgos unificadores del Partido Judicial, ninguno tan acusado quizá como
el que puede apreciarse en la morfología de las poblaciones y las construcciones
que las configuran; o en las costumbres, folklore, gastronomía, danzas, expresiones
de la religiosidad popular y otros aspectos de la vida cotidiana y las tradiciones,
en ocasiones sutilmente teñidas también de una innegable influencia andalucista.
Naturaleza particular reviste en el partido judicial el rito de la matanza del cerdo
y la preparación de sus embutidos y chacinas. |
Castillo de Salvatierra |
No menos significativa como elemento unificador resulta la naturaleza fronteriza del Partido Judicial, circunstancia que se concreta sobre todo en las fortificaciones y amurallamientos con que se resguardan las poblaciones. |
Jerez de los Caballeros, enclave estratégico sólidamente fortificado, de antecedentes romanos, visigodos y árabes, y después dominio templario fundamental como cabeza de su Bayliato antes de integrarse en la jurisdicción santiaguista, conserva su castillo y luce las torres barrocas más hermosas de Extremadura en sus cuatro emblemáticas iglesias.
En el aspecto folklórico y etnográfico, el territorio ofrece peculiaridades bien señaladas, algunas de arraigo ancestral, como las singulares celebraciones de la Semana Santa jerezana, que van desde el profundo silencio de la Oración del Huerto, al estruendo de trompetas y tambores de la procesión del Ecce Homo. |
Semana Santa Jerezana |
Abundan las dehesas con piaras de cerdo ibérico |
Gran parte del terreno se encuentra cubierto de dehesas, jaras, monte
bajo y otras especies propias del bosque mediterráneo, originando un paisaje
recio y bravío, altamente expresivo de la fisonomía secular de Extremadura,
en cuyos dominios se desarrollan las mejores piaras del cerdo ibérico.
Además, dada la climatología del Partido Judicial, caracterizada por precipitaciones elevadas e inviernos fríos, ha favorecido la crianza de dichas piaras en las dehesas, y la elaboración de productos derivados, constituyendo Jerez cuna de los mismos; sobresalen sus lomos, jamones y el famoso morcón, que el visitante puede adquirir en cualquiera de las fábricas o secaderos de la zona. |