Capilla se enclava en el borde oriental de la Baja Extremadura limítrofe con las tierras de Ciudad Real y Córdoba, sobre un terreno accidentado, en el eje de los itinerarios que conducen a Chillón y Almadén, hallándose en una encrucijada de caminos e influencias culturales en que también participa el foco toledano.
La localidad se sitúa entre la Siberia y la Serena, presentando características que podrían justificar su inclusión en cualquiera de estas dos comarcas. En todo caso, su localización en la orilla izquierda del Zújar, sobre la vertiente sur de la sierra del Torozo, la conecta más directamente con la Serena.
Foco de asentamientos humanos desde la más remota antigüedad, como testimonian las abundantes pinturas rupestres de la zona, y punto de fijación después, de la Miróbriga Turdulorum clética, bajo los romanos, continuó siendo un centro poblado de notable importancia: "insigne municipio", lo denomina Plinio. Y también durante la época árabe, siempre como enclave estratégico destacado en el eje de las comunicaciones entre Mérida, Sevilla, Córdoba, Almadén y Toledo. Por tal razón, sobre sus escarpaduras existieron en todos los tiempos, sólidas fortificaciones. |
Vista de Capilla |
Un puente medieval llamado de Garbayuela, de origen quizá romano, con ocho arcos, hoy muy maltrecho, fundamental en la red de itinerarios de la Mesta, se sitúa en sus proximidades en dirección a Peñalsordo, evidenciando la importancia del lugar como nudo de comunicaciones.
El lugar de Capilla fue conquistado en 1.226, aunque posteriormente volvería a caer en manos musulmanas hasta que definitivamente fue tomada por las tropas cristianas, siendo entregada a la Orden del Temple. Al extinguirse la misma pasó, en 1.309, a formar parte de las propiedades del Maestre de Alcántara, don Gonzalo Pérez.
A finales del siglo XIV pasó a la Casa de Béjar, al ser comprada por el camarero mayor del rey, don Diego López de Stúñiga, en 1.382 por 280.000 maravedís. En los primeros años del siglo XVI pasó a formar parte del patrimonio de uno de sus descendientes pues, según Sánchez Loro, en el testamento de don Álvaro de Zúñiga con la otorgación de Capilla y Burguillos, por último pasó al Ducado de Osuna a finales del siglo XVIII.
En el aspecto jurisdiccional, desde la Reconquista fue capital del Estado de su nombre, en el cual se incluían las poblaciones de Garlitos, Baterno, Peñalsordo y Zarza Capilla.
Hoy es un conjunto de menos de 300 habitantes que resulta, con acusada diferencia, el menor de la Serena. Y en el territorio circundante, sólo El Risco presenta entidad semejante.