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Escudo de Zalamea de la Serena

Zalamea de la Serena

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Zalamea de la Serena

Historia

Zalamea de la Serena se localiza en el sector de Castuera, sobre un emplazamiento de penillanuras.

En sus inmediaciones perduran testimonios de la presencia de moradores desde los tiempos más remotos, como el dolmen denominado "Tortero de la Vieja"; o el yacimiento de Cancho Roano, santuario tartésico de acusado valor, actualmente en fase de excavación.

Foto: Vista de Zalamea de la Serena
Vista de Zalamea de la Serena

Municipio romano bajo el topónimo de Iulipa, constituyó un enclave destacado en tiempos de Trajano. Desde esa época data el Dístylo que, como uno de los hitos más representativos de la localidad, se erigen en su plaza central.

Tras la etapa romana, Zalamea se mantuvo activa bajo los los visigodos, constituyendo en el período árabe un centro importante. Tras la Reconquista quedó integrada en la Orden de Alcántara con categoría de Encomienda, experimentando numerosas vicisitudes durante la Edad Media, a consecuencia de las pugnas institucionales en que se vio envuelta. A partir de 1.474, la Orden de Alcántara celebró aquí sus Capítulos, y en 1.527 quedó establecida como uno de sus Prioratos.

Su mayor esplendor corresponde al siglo XV, tiempo del que data su configuración urbanística, en ese momento perimetrada por una cerca amurallada y las realizaciones monumentales más destacadas. Su componente fundamental es el castillo, hoy situado ya en el centro de la población, rodeado por las edificaciones que se adosan a sus muros. Se trata de otra rehecha por los cristianos sobre una fortaleza árabe anterior. Consta de plaza de armas y recinto forzado por numerosas torres, entre las que sobresale la llamada torre Alta o del Homenaje, de cuerpo hexagonal, erigida en tiempos de Carlos I. En el patio central se estableció en 1.826 el cementerio de la localidad que permaneció allí hasta 1.972.

Foto: Campo

En este castillo, levantó su palacio el último Maestre de la Orden de Alcántara, Juan de Zúñiga, convirtiéndolo en sede de la célebre Academia Literaria que, como importantísimo foco cultural, floreció en Zalamea en las postrimerías del siglo XV. De ella formaron parte figuras tan señaladas como el jurista Fray Gutiérrez de Trejo; el teólogo Fray Domingo; el médico Doctor de Parra; el astrólogo judío Abasurto; el maestro de Capilla Solórzano, el músico más insigne de su tiempo, y otros. La figura más sobresaliente de este conjunto fue Antonio de Nebrija, que escribió aquí la primera Gramática de la lengua castellana, publicada luego en Salamanca en 1.492.

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