El ámbito montijano determina la zona de transición del Partido Judicial emeritense con las tierras de Badajoz y Alburquerque, que se extienden hacia el norte y poniente como un amplio dominio cubierto de dehesas y exento de poblaciones en casi toda su superficie.
El área revistió tradicionalmente acusada importancia estratégica como llave de las comunicaciones entre Badajoz y Mérida, habiendo sido escenario desde la antigüedad por tal motivo, de múltiples acciones de guerra. Así, ya en el año 188 a.C. el enclave romano de Lycón (Lobón) fue marco de la célebre victoria obtenida por los lusitanos contra las legiones del procónsul Lucio Emilio. |
Río Guadiana |
Encuadrada en los conflictos fronterizos hispanoportugueses del XVII, resalta la batalla de Montijo, acaecida el 26 de Mayo de 1.644 durante la Guerra de Separación de Portugal, y en la que las tropas españolas mandadas por el Marqués de Torrescusa resultaron derrotadas inicialmente por los portugueses de Matías de Alburquerque, tras lo cual la ciudad fue incendiada y saqueada y todo el partido judicial arrasado. Poco después los dos ejércitos volvieron a encontrarse cerca de Talavera la Real, logrando entonces los españoles culminar su triunfo sobre los lusitanos. Tras estos episodios se hizo popular esta coplilla, con la que los hispanos respondían a otra semejante, de sentido contrario, difundida por los portugueses antes de ser derrotados definitivamente: Ni Montijo se quema, ni Puebla llora, ni la pobre Talaverilla se queda sola. |
Salvo el poderoso centro de Montijo, los enclaves que constituyen el sistema poblacional del Partido Judicial, se trata de núcleos agrarios de reducida entidad, fundados en la mayoría de los casos tras la reconquista cristiana del territorio en el siglo XIII.