El terreno se halla cubierto de dehesas, jaras, monte bajo y otras especies propias del bosque mediterráneo, originando un paisaje recio y bravío, altamente expresivo de la fisonomía secular de Extremadura. Algunas áreas son de relieve menos acusado, cubiertas de olivar, viñedo y cereales, o con zonas de terrenos pizarrosos despoblados de vegetación.
También proliferan los suelos hondos aptos para el cultivo en los que abundan las huertas, y áreas húmedas de alta pluviosidad y exuberante vegetación, como sucede en los enclaves de Cabeza la Vaca y Fuentes de León. Su economía es mayoritariamente rural. |
La naturaleza fronteriza de la comarca, se concreta sobre todo en las fortificaciones y amurallamientos con que se resguardan las poblaciones. Así por ejemplo, Fregenal de la Sierra, de conexiones templarias y posesión de Sevilla durante largo tiempo, conserva su fortaleza y tres iglesias de significado sobresaliente. |
Entre las especialidades gastronómicas, además de los jamones y chacinas consustanciales con la comarca, destacan los espárragos trigueros, setas, níscalos, gurumelos, cardillos, tagarninas, ranas, caracoles y otros productos campestres. Las artesanías alfareras, del cuero, mimbre, tallas de madera y cuerno y otras especialidades, se mantienen vivas en casi todos los pueblos de la zona. También contó con su coso, hoy ya desaparecido, Segura de León, localidad donde en cambio se conserva la fiesta de toros más popular y arraigada, quizá, de las muchas semejantes que se celebran en la comarca. Es ésta la de las capeas del Cristo de la Reja, en la que durante toda una semana los mozos lidian numerosas vaquillas y en cuyo transcruso se elige la Vaquera Mayor. En el aspecto etnográfico y folklórico el territorio ofrece peculiaridades bien señaladas, algunas de arraigo ancestral, como las recias danzas que en Fregenal mantienen los "lanzaores" de la Virgen de la Salud, o la típica romería de los gitanos, de Los Remedios, de esta misma localidad. |