Monumento destacable es la iglesia parroquial de San Juan Bautista, que se enclava en la parte más alta de la localidad. Se trata de una edificación de mamposteria y piedra, con numerosos estribos y cubos cilíndricos de refuerzo, en la que aún se conserva uno de los arbotantes absidiales. El interior es de tres naves, con capilla mayor de doble ámbito y cúpula de media naranja en el crucero. Componente de particular valor fue su retablo mayor, obra del entallador Gregorio de Prado, destruido en 1.936. Las doce pinturas del siglo XVI que lo adornaban, debidas al pincel del toledano Juan Correa de Vivar, consiguieron salvarse, aunque fueron sacadas de la localidad, habiendo sido rescatadas y restituidas a la iglesia, tras su restauración, en fecha reciente. |
Castillo de Herrera del Duque |
El Castillo del Duque es un buen ejemplo de fortaleza señorial del siglo XV, situada a gran altura y dominando la población. Tiene forma de octógono irregular de 183m. de perímetro, con muros de 12m. de altura y, entre tres y cuatro metros de grosor, con una única puerta en la cara este. Está construido en mampostería y ladrillo. El castillo fue erigido por don Gutierre de Sotomayor, maestre de la Orden de Alcántara, que obtuvo de Juan II estas tierras en 1411. En el siglo XVI, en tiempos del duque don Francisco Zúñiga y Guzmán Sotomayor, de quien toma el apelativo, sufrió algunas reformas. Este personaje fue un mecenas que, prácticamente, arruinó a sus descendientes, pese a ser el dueño de un señorío de 4.000 kilómetros cuadrados.
También resultan de interés la Custodia, piedra de plata de casi 40 Kg. de peso, ejecutada asimismo en el XVI por los artífices Gregorio Vorja y Franco Morales, y el Sagrario, éste de factura moderna, fabricado en 1.944 por Mariano Malagón.
En un extremo del caserío se conservan los maltrechos restos del antiguo convento franciscano de San Jerónimo, fundado en 1.517 por Don Antonio de Sotomayor, hoy de propiedad particular y utilizado como garaje y almacén.
Numerosas casonas solariegas, con ornamentadas fachadas, como la de la antigua Encomienda de Alcántara, más conocida a nivel popular como "Casa del Conco", evidencian el abolengo y señorío de la población en los tiempos pretéritos.
También cuenta Herrera con una hermosa plaza de toros, instalación de su especie única en todo el cuadrante nororiental de la Baja Extremadura.
A 5 kilómetros de la localidad, ocupando un hermoso paraje natural, se encuentra el santuario de Ntra. Sra. de Consolación, originario de la Edad Media y luego, remodelado en época barroca. La Virgen titular es una hermosa talla en madera, datada en el siglo XV, en la actualidad vestida al estilo de la de Guadalupe.
Sin renunciar a su rico pasado histórico, Herrera del Duque constituye hoy un centro en plena expansión, cuyo dinamismo se refleja en las numerosas edificaciones e instalaciones modernas surgidas en los últimos tiempos, originando nuevos y tejidos urbanísticos. Sus equipamientos y servicios de toda especie hacen de esta localidad el centro de atracción más poderoso del entorno y su cabecera natural indiscutible.