Existen dos monumentos religiosos destacables:
En 1447, Don Lorenzo Suárez de Figueroa fundó una ermita dedicada a San Onofre y más tarde sus sucesores levantaron en torno a ella un monasterio que acogió a los Franciscanos Descalzos. Están situadas en la sierra próxima, ocupando una atalaya cubierta de olivos, jaras, zumacales y huertas que configuran un medio ambiental de extraordinario atractivo. Las maltrechas ruinas relevan una instalación muy compleja compuesta por iglesia, claustro, mirador, alberca, celdas, refractorio y otras dependencias.
Su construcción es moderna, habiendo sido levantada en 1843. Se configura como un edificio de pequeñas proporciones con planta rectangular; interiormente se compartimenta en nave de tres tramos, cubierta con bóveda de lunetos, a la que se abren capillas laterales.