En el aspecto artístico y monumental el hito más destacado es la iglesia parroquial de Ntra. Sra. de la Asunción, edificación de notables dimensiones y excelente arquitectura, cuya presencia en un núcleo de esta entidad no deja de llamar la atención, a la vista de su sobresaliente resolución. El templo se sitúa en el centro de la localidad, presidiendo su plaza y actuando como foco ordenador de la trama urbanística. Constructivamente se trata de obra del XVI, edificada en mampostería y sillares. Presenta planta de nave única de amplia especialidad, cabecera de acusadas proporciones con cubierta de crucería de buena traza, y coro apoyado sobre cuatro columnas graníticas con balaustrada de madera. Al exterior, por el costado de la Epístola, entre los contrafuertes se disponen arcos cobijos, así como un sólido estribo cilíndrico de sillares de acusado valor compositivo. |
Iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción |
El componente más destacado de la construcción es su airosa torre de diseño barroco-clasicista, obra algo más tardía que el resto de la edificación, ejecutada en sillares, cuya silueta domina el entorno. Sobre un cuerpo inferior macizo de severa estructura y notable elevación, se sitúa el de campanas, ostentando como remate un cúpula de atractiva composición. La realización, única por sus características en el partido judicial, evoca la de las parroquiales de Villanueva y Don Benito. Sobre la fachada frontal ostenta una inscripción a doble lápida flanqueando el escudo prioral de Alcántara, donde se hace constar que la torre fue concluida en 1614 a impulsos de Nicolás Barrantes - Prior de Magacela.
Las portadas del templo son sencillas, siendo de destacar que falta la del perdón, habitualmente dispuesta sobre la fachada frontal, abriéndose en cambio una sobre la cabecera.
Testimonios de los antecedentes romanos del enclave resulta la magnífica lápida funerariadedicada a Lucila Norba, que en la actualidad aparece utilizada como dintel en una vivienda popular del siglo XVII en la calle José Antonio. En sus proximidades, y caracterizando uno de los numerosos rincones de sabor popular que definen la población, se encuentra una pintoresca hornacina.