Castuera es una de las poblaciones más importantes del Partido Judicial, constituyendo uno de sus centros más representativos. La población se asienta en su área más característica, sobre una amplia penillanura de orografía suavemente alomada, ocupando un espacio calmo en el que únicamente destacan sobre el paisaje, alterando la diafanidad de los horizontes, las sierras del Pozón y los Pinos. El terreno es duro y poco profundo, formado por materiales pizarrosos y graníticos cubiertos de dehesa, olivares y viñedo, con predominio de los pastos que configuran el núcleo central de la Real Dehesa de la Serena. La economía es agrícola, y sobre todo, ganadera. Restos prehistóricos y romanos atestiguan la presencia de moradores en este lugar desde los tiempos más remotos. Los antecedentes directos de la población actual se encuentran en la etapa de la Reconquista, conectándose con el asentamiento establecido por Fernando III en el paraje llamado Valle Hermoso, como base para la ocupación del castillo, de Benquerencia. Según la tradición, el nombre inicial de este núcleo, a partir del cual se consolidó la población presente, fue el de Castuera, tomado de una venta existente en ese punto, y del que posteriormente derivaría el de Castuera. Otras versiones han defendido, en estimación menos documentada, las conexiones del topónimo con un supuesto enclave romano de tradición túrdula llamado Castrum Erat. |
Vista de Castuera |
Durante la etapa medieval el lugar perteneció a la Orden de Alcántara bajo la jurisdicción de Magacela; aunque curiosamente sin detentar, no obstante su considerable entidad y su estratégica situación, la categoría de Encomienda que si ostentaban enclaves más reducidos, como Galizuela. En 1.632 obtuvo autonomía como Villa exenta. En su escudo heráldico histórico campea la siguiente leyenda: "La muerte menos temida da más vida".
El foco de mayor antigüedad del asentamiento se localiza en el punto más elevado de la población, llamado el Cerrillo. Aquí se situó, como parroquia primitiva, la ermita de San Juan, en cuyo entorno se articula el barrio de ese nombre. En el extremo contrario, próxima al camino viejo de Cabeza del Buey, se encontraba una charca utilizada como abrevadero para los ganados.
Como realidad insólita en la región, de la que tan sólo en Olivenza se repetía una muestra, Castuera contaba todavía en el siglo XIX con cinco molinos de viento, erigidos en los alto del Cerrillo.
A mediados de la centuria pasada, Castuera era ya un núcleo de notable entidad, compuesto por un millar de casas, casi todas con una sola altura, dos plazas y 25 calles "bastante rectas, empedradas y limpias", según atestiguan fuentes de la época, y 5.500 habitantes.
En 1.930, aunque su censo había aumentado a 7.500 habitantes, las restantes circunstancias permanecían prácticamente lo mismo que el siglo anterior. Una transformación radical ha tenido lugar, sin embargo, en las últimas décadas, habiéndose convertido la secular población rural en un centro urbano dinámico y activo, con corte de ciudad moderna de más de 8.000 habitantes, magníficamente comunicada por una red de excelentes vías y nudo fundamental por su estratégica situación, en el eje Don Benito - Villanueva a Cabeza del Buey.