Las calles están compuestas de viviendas de muros blancos con huecos recercados de granito según la arquitectura popular de la zona. Muchas casas en la fachada ostentan hermosos blasones y piedras armeras como signo del carácter hidalgo de sus habitantes de otros tiempos. El corazón de la localidad lo constituye su plaza central, empedrada al modo tradicional. En uno de sus costados se sitúa la casa del Ayuntamiento, edificio porticado de mampostería encalada, con una escalinata por delante y claustro interior de atractiva morfología. |
Cruz "de los caídos" |
Iglesia parroquial de Sta. Catalina |
Elemento importante también es la iglesia parroquial de Santa Catalina de Alejandría, edificación de pequeñas proporciones y variada volumetría, realizada en mampostería encalada, cuya estructura evoca mejor la de las ermitas que la de los templos. En ella destaca su torre cuadrangular de factura moderna, que, como caso poco habitual en la región se localiza en la zona de cabecera y no sobre los pies. |
Reloj |
El reloj de la villa, situado en la ermita llamada también "el Hospital" por haber servido como acogimiento de enfermos en épocas pasadas. |
La ermita de la Virgen de la Cueva, está situada en la parte más elevada del pueblo, pudiendo accederse a ella, a través de un camino a la derecha del castillo de Puebla de Alcocer o por una ladera desde el pueblo. No se conoce su fecha de construcción. Sus antecedentes se deben buscar en el momento de la conquista castellana de Puebla de Alcocer y Lares en el siglo XIII. En su interior se encuentra la imagen de la Virgen de la Cueva, patrona de Esparragosa de lares. Bajo la ermita se halla la Casa del Santero, un edificio que construyó la Orden de Alcántara para controlar el edificio religioso. Se está rehabilitando actualmente para utilizarla como Aula de la Naturaleza. |
Ermita de la Virgen de la Cueva |
En Galizuela destacan, además de su modesta iglesia parroquial, los restos de la antigua casa fuerte señorial del marqués de Someruelo. A las afueras del caserío se encuentra la ermita de la Encarnación, reedificada en 1770, en la actualidad está muy maltracha conservando vestigios de pinturas murales.