La
realización más señalada de la localidad es la Iglesia
parroquial de Ntra. Sra. de los Ángeles. Se trata de obra del
siglo XVI edificada en estilo gótico-mudéjar, con planta de tres
naves de notable espacialidad sobre pilares ochavados y cabecera poligonal.
Su componente más destacado es la torre fachada frontal, realizada en
mampostería de piedra con cuerpo superior de ladrillo y remate almenado
en el que se observan numerosos mechinales. En la parte baja ostenta portada
de ladrillo, sencilla pero de notable atractivo, con recerco de arco festonado
y enmarque el alfiz. Otra adintelada, también de ladrillo, se abre en
el lado del Evangelio.
En el interior llama la atención el altar mayor, en el que se dispone
como retablo una hornacina con una pintura mural al fondo, en cuyo intradós
se desarrolla un Árbol de Jessé. La pintura
representa al apóstol Santiago recibiendo de María un cinturón
de caminante. Otra pintura del mismo estilo sobre tabla, se sitúa en
uno de los pilares de la nave. Ambas aparecen destrozadas por un desafortunado
repinte que las desvirtúa por completo. Según atribución
no confirmada, se trata de obras de Antón Martín.
También conserva el templo un óleo notable de la Virgen
de los Reyes, firmado en 1865 por Agustín M. de Larra.
En la plaza que preside la iglesia se encuentra asimismo
el Ayuntamiento, edificación de nueva planta.
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De relevante valor etnográfico
resultan el pilar de mampostería, construido en 1883, con dos
pilas, una mayor para dar de beber a los animales, y una pequeña
con dos caños, para el servicio de la población en aquella época;
el humilladero situado en la calle la Cruz; una cruz, de construcción
más reciente frente al pilar y el pozo de construcción
mudéjar y que se remonta a los siglos XV o XVI, ubicado en la
orilla del arroyo Botoz.
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