Han pasado casi 100 años después que Manuel Paz, alcalde entonces de Fuente del Arco, colocara la primera piedra para que un tranvía aéreo llevara el mineral de la Jayona, que los transportaban caballerías, a la estación del ferrocarril. La mina, que inció su explotación con el siglo, una vez cerrada contempla hoy cómo otro alcalde, Francisco Delgado, ha provovido a frente de la Corporación, el hacer de aquella explotación, un atractivo turístico de dimensiones que casi ni habían sospechado. El microclima que encontramos dentro, la vegetación y la fama que allí ha colonizado se mezcla armónicamente con una riqueza ecológica impresionante. Una adecuada promoción ha hecho que sea difíci encontrar fechas libres para visitas los 3 niveles, que pueden contemplarse, de los 11 que tiene la Jayona. El espaldarazo fue sin duda la declaración de la misma como monumento natural en septiembre del 97 y el decidido apoyo de la Junta de Extremadura, a través de la Consejería de Medio Ambiente, Urbanismo y Turismo que realizó las obras necesarias para hacer del recorrido algo seguro que lleva a descubrir lo que no te esperas. |
Lo primero que te llama la atención es la vegetación característica de las zonas húmedas, con helechos, trepadoras, higueras y musgos, en contraste con el exterior donde puedes admirar la típicamente mediterránea. Y junto a eso, en los cantiles y roqueros, colonias de aves que conviven con insectos, reptiles, pequeños mamíferos y murciélagos de diferentes especies. Y más lógicamente: la geología que se puede contemplar: chamelas de pliegues, contactos litológicos, mineralizaciones, procesos kársticos, sedimentarios y fundamentalmente, un plano de falla en el que pueden admirarse estrías y espejos de falla. DESARROLLO La agente de desarrollo de Fuentes del Arco, Maria
José Cabeza Trimiño, dice que la puesta en marcha de las
visitas a la mina y su explotación en general crea unas interesantes
perspectivas para aprovechar el que los visitantes admiren otras cosas
de la localidad y el partido judicial, gastronomía incluída, como
la artesanía y repostería. Queremos incrementar la infraestructura y espero que
los convecinos se vayan concienciando de que poseemos un potencial,
no sólo turístico, sino también de otros recursos
que se pueden explotar de múltiples maneras. Recorrido ese camino tuvimos la suerte de visitar la mina con el guarda, José Ángel Ajenjo López, que conoce todos sus recovecos. Después hablamos con la monitora, que atiende las visitas guiadas, María Eugenia Castillo, que define a la Jayona como un espacio natural privilegiado, aunque al tratarse de una mina pudiera resultar raro oírlo; es el conjunto de la naturaleza unido a las excavaciones realizadas por el hombre que le da al entorno un algo especial, en donde el microclima, la vegetación, la fauna y la geología se unen para dar el resultado de conjunto que la gente puede admirar. Ermita de Ntra. Sra. del AraHay un empeño, con el proyecto de restauración de la ermita de Ntra. Sra. del Ara enclavada a pocos kilómetros de la Jayona, en la misma sierra sobre el valle del mismo nombre, en formar en la zona una auténtica ruta turística. Ambas visitas pueden completarse, con un paisaje que destaca en el partido judicial, salpicado de arquitectura blanca. En
la ermita destacan la arquería mudéjar, la cúpula
ochavada del camarín barroco, el patrio y el atrio delantero.
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La Consejería de Medio Ambiente, ha preparado magníficamente la antigua mina para una visita en la que un microclima especial hace convivir la vegetación y la fauna con interesantes vestigios geológicos.
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